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Eje cerebro-intestino (BGA)
En la década de 1880, científicos y médicos comenzaron a examinar la relación entre nuestro cerebro y nuestro intestino, junto con las bacterias residentes en el intestino. Ahora llamamos a esto el eje cerebro-intestino (BGA) o eje microbioma-cerebro.
Con el tiempo, los avances en la investigación han revelado pruebas adicionales de que existe una comunicación bidireccional entre estas estructuras, y que se intensifica en momentos de estrés. El intestino se conoce a veces como nuestro «segundo cerebro», debido a que alberga el sistema nervioso entérico (SNE), una red neuronal que permite al intestino funcionar sin instrucciones del cerebro.
El SNE mantiene el control de nuestro sistema digestivo y desempeña un papel importante en el peristaltismo, la secreción y la percepción del dolor. El intestino no solo alberga el SNE, sino que también proporciona alimento y refugio a los microorganismos comensales: el microbioma intestinal.
El papel del microbioma
¿Qué papel desempeña el microbioma en todo esto? Los investigadores han observado diferencias significativas en el microbioma intestinal entre personas sanas y pacientes enfermos, y este es solo el primer paso para evaluar qué constituye una microflora saludable. Según las investigaciones disponibles, la diversidad parece ser esencial, al igual que una relativa abundancia de Firmicutes y Bifidobacteria. Los modelos animales libres de gérmenes demuestran que ni el cerebro ni el comportamiento pueden desarrollarse completa o normalmente sin un microbioma intestinal.
Aunque esta área de investigación aún está en sus inicios, estas observaciones ofrecen nuevas esperanzas a muchos nutricionistas y neuropsiquiatras que ahora pueden estratificar a los pacientes en función de la microflora. Esto podría mejorar la respuesta de los pacientes a los medicamentos en función de la identidad microbiotal individual.
Probióticos para una vida más saludable
Los probióticos son microorganismos vivos e ingredientes seguros y naturales que pueden tomarse como suplementos dietéticos o alimenticios. Los probióticos son conocidos por su impacto beneficioso en el sistema inmunológico y las funciones intestinales del huésped. La idea de utilizar probióticos para mejorar el bienestar psicológico a través del BGA apareció por primera vez en 1880, pero no fue hasta el año 2000 cuando esta idea se puso a prueba en estudios preclínicos.
Los beneficios de los probióticos para la BGA se describen en varios estudios y metaanálisis. Un metaanálisis publicado recientemente examinó 27 intervenciones probióticas o simbióticas y mostró una mejora significativa en la depresión y la ansiedad. Es importante señalar que los beneficios no son homogéneos para todos los probióticos probados, sino que dependen de la cepa, como ocurre con la mayoría de los efectos beneficiosos de los probióticos.
Los efectos beneficiosos de los probióticos se asocian común y erróneamente con la modulación del microbioma intestinal. Sin embargo, las investigaciones demuestran que los probióticos tienen su propio efecto directo sobre el huésped y que sus beneficios no se deben necesariamente a la modulación de la flora intestinal. Por ejemplo, se sabe que los prebióticos, en su mayoría fibras, son muy eficaces para modular el microbioma, pero en su metaanálisis, los probióticos muestran un impacto beneficioso en los comportamientos generales de ansiedad y depresión que los prebióticos no tienen.
Cepas probióticas
Lacticaseibacillus paracasei es una bacteria beneficiosa que se encuentra de forma natural tanto en la boca como en los intestinos de los seres humanos. Produce ácido láctico que ayuda a reducir los niveles de pH en el sistema digestivo e impide el crecimiento de bacterias dañinas, lo que mejora la salud intestinal y el sistema de defensa natural del cuerpo.
Lactobacillus reuteri es una bacteria probiótica muy estudiada que puede colonizar un gran número de mamíferos. En los seres humanos, L. reuteri se encuentra en diferentes partes del cuerpo, como el tracto gastrointestinal, el tracto urinario, la piel y la leche materna. La abundancia de L. reuteri varía entre diferentes individuos. L. reuteri mejora la salud intestinal, la salud bucal, la salud de la mujer y el metabolismo.
Bifidobacterium lactis se ha documentado principalmente en la salud intestinal. Es de origen humano y se beneficia de un sólido conjunto de pruebas clínicas en niños y adolescentes. Bifidobacterium lactis favorece la salud intestinal, el sistema de defensa natural del cuerpo, la salud de la mujer, la salud bucal y la salud metabólica y hepática.
Lactobacillus helveticus es una bacteria del ácido láctico muy utilizada en la fabricación de productos lácteos fermentados. L. helveticus es de origen lácteo y ha sido seleccionada por sus cualidades prolíficas y probióticas. L. helveticus aporta beneficios a la salud intestinal, al sistema de defensa natural del cuerpo, a la salud de la mujer, a la salud bucodental y a la salud metabólica.